Vidalita de Juan Simón
Piensan que tengo razón, mira mi triste destino.
Piensan que tengo razón, mira mi triste destino.
Y ten de mí compasión, y ten de mí compasión,
que siga por mi camino.
Y ten de mí compasión, y ten de mí compasión,
que siga por mi camino.
Enterraron por la tarde, una tarde se enterró
a la hija de Juan Simón
y era Simón en el pueblo el único enterrador,
el único enterrador.
Él mismo a su propia hija y al cementerio,
y al cementerio llevó.
Él mismo cavó la fosa murmurando una oración.
Y llorando como un niño del cementerio salió,
del cementerio salió.
Como en una mano llevaba la pala y en el hombro el azadón.
Y todos le preguntaban de dónde vienes Simón.
Soy enterrador y vengo, soy enterrador y vengo,
soy enterrador y vengo de enterrar mi corazón.
Pepe Marchena (1928)